El arroz es uno de los granos básicos que más se consumen en diversos países del mundo; sin embargo, la forma de producir este producto genera mucho uso de agua y emisiones de metano a la atmósfera.
Por lo que, en Chile se está implementando una manera de desarrollar este producto sin la necesidad de aplicar mucha agua y que no se generen demasiadas emisiones de metano como suele suceder en este tipo de cultivos.
El cultivo del arroz
Una de las formas en las que se produce el arroz a grandes cantidades, es por medio de inundaciones para la planta, lo cual permite el desarrollo de la misma para poder brindar el preciado grano básico.
Sin embargo, este proceso genera un uso intenso de agua, y la misma descomposición que suele darse, produce un impacto en las emisiones de metano que se acumulan en la atmósfera, por lo que forman parte de los gases de efecto invernadero que alteran la temperatura del planeta.
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Pero, en Chile se moldeó un sistema de producir el arroz, el cual ya no se inunda, sino que se riega de otra forma, lo que permite de igual manera que la planta continúe con su ciclo hasta producir el grano.
Lo anterior, ayuda al medio ambiente, puesto que se optimiza el agua; se brindan mejores oportunidades para eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero como el metano. Y con ello, se produce arroz de manera amigable y favorable para el planeta.
Este sistema fue impulsado por el “Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) de Chile, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y respaldada por Global Methane Hub (GMH)”.