En un entorno global caracterizado por la incertidumbre logística y los efectos del cambio climático, El Salvador logró consolidar un desempeño positivo en el sector azucarero durante 2025. Las exportaciones de azúcar crecieron un 7% en comparación con el año anterior, según datos preliminares proporcionados por la Asociación Azucarera de El Salvador (AAES).
El crecimiento se atribuye a una combinación de factores estratégicos: mejoras tecnológicas en los procesos de cultivo y cosecha, prácticas más sostenibles en la cadena productiva y una apertura comercial enfocada en mercados con alta demanda, como Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y nuevos destinos en Asia y Sudamérica.
Clima desafiante, resultados sólidos
A pesar de que el año comenzó con condiciones climáticas adversas provocadas por el fenómeno de El Niño, que afectaron la regularidad de las lluvias y elevaron los costos de riego, los ingenios salvadoreños implementaron medidas de adaptación que permitieron mitigar impactos y optimizar el rendimiento por hectárea.
“La clave ha sido la eficiencia. Apostamos por tecnologías de precisión, mejor planificación logística y capacitación a productores. Esto permitió mantener la calidad del producto y cumplir con los compromisos internacionales”, explicó un representante de la AAES.
Valor agregado y sostenibilidad
Uno de los puntos destacados del informe del sector es el creciente interés en el valor agregado. Actualmente, el 25% del azúcar exportado por El Salvador está en presentaciones refinadas o especiales, con altos estándares de inocuidad, trazabilidad y certificaciones internacionales.
Paralelamente, se ha fortalecido el compromiso ambiental del sector. Programas de reducción de huella hídrica y energética, además de iniciativas de economía circular como el aprovechamiento del bagazo para generación eléctrica, están posicionando a la industria azucarera como un referente de sostenibilidad productiva.
Impacto económico
El azúcar sigue siendo una de las principales fuentes de divisas para el país. En 2025, se estima que los ingresos por exportaciones podrían superar los $210 millones, consolidando su rol como motor económico, especialmente en zonas rurales.
Además, el sector genera aproximadamente 50,000 empleos directos e indirectos, y tiene un alto efecto multiplicador en actividades como transporte, logística, comercio e industria alimentaria.
Proyecciones para el cierre de año
De cara al segundo semestre, las proyecciones son moderadamente optimistas. Se espera mantener el crecimiento sostenido y continuar fortaleciendo relaciones comerciales en mercados estratégicos.
“Este repunte no solo es un logro del sector, sino una muestra del potencial exportador de El Salvador. Estamos demostrando que, con visión empresarial, innovación y sostenibilidad, podemos competir con calidad en el mercado internacional”, concluyó el vocero de la AAES.